28.11.13

No sé que es lo que voy a hacer con vos..., cuando te encuentre, quizás sea demasiado tarde, pero siempre va a haber tiempo para mi, para llegar al espacio que nos une con una realidad única y brillante. Cuando éramos chicos sabíamos bien que los golpes se sanaban con el tiempo, pero aún así teníamos miedo de salir pasear juntos y llevarnos de la mano, de acá..., para allá. Todas las cosas se dijeron en el preciso momento en el que estaban programadas para ser dichas, y aquí me encuentro, sin saber bien adonde me dirijo, y me llevan como a un abanico de un lugar a otro, y ya no sé bien si presentarme o ser una manija, o una bola perdida, o una pérdida.
Te extraño aún cuando te tengo cerca, y a veces siento ganas de decirte algo, pero no sé bien que es, es querer decírtelo todo, contártelo todo, dejar las intimidades de lado, y desprotegerme para entregarlo todo. Por momentos, creo querer algo, y me cansa no saber bien que es, no saber bien que es lo que me hace bien, a tu lado, es todo tan bello, que cuando algo se quiebra en mi, en vos, en el espacio, me quiebro yo, junto a todas las estrellas y tengo sueño, pero sigo desperdiciando los días que me quedan, sentado, mirando algo que no tiene nada que ver,... y de pronto, me pregunto para qué busco algo en alguien, para qué busco algo en mí si yo no soy más que alguien, alguien más que vos, y me pregunto para qué seguir yendo a trabajar todas las mañanas y verte, sentirte tan cerca para después arrodillarme ante el miedo de perderte, pero aún no te tengo, quiero decir, aún no tengo nada, nadie tiene nada, nada más que uno, nada más que uno mismo, y me acerco a mi, y veo tan, pero tan borroso, tan borroso es lo que veo, que se me nubla la vista ante lo más maravilloso, y lo peor, es que me desentiendo, y continuo borrándome la cabeza con la goma, y me aplasto aún más los sesos cuando te espero y sé que nunca vas a llegar a recostarte en donde reposan mis pensamientos más sinceros. Es todo tan oscuro y de pronto tan claro que siento que la madurez jamás llegará y que los presentimientos y los instintos se cruzan en un mar de sensaciones que nunca dejan de ser algo indescriptible, porque no sé hablar, no aprendí de pequeño, y no sé andar en bicicleta, y tampoco lo intento, porque capaz, tengo miedo, miedo de caerme o algo así, anda a saber..., supongo que me quebraría todo el cuerpo si me cayera y por eso tiemblo cada vez que el equilibrio parece no sostenerse del todo, cuando yo, debería aprender a sostenerlo, y pararme con los pies y con las manos en el mismo punto y a mirar fijo el mismo punto y decidir cuando avanzar y atenerme a todo lo que me rodea y avanza junto a mi en el momento, en el mismo momento en el que lo estoy sintiendo o quizás lo este viviendo. Junto a vos, parece todo tan real, y tan hermoso que me sumergiría en una pileta con vos y me hundiría hasta lo más hondo de las aguas y viviría dentro tuyo y no necesitaría nada, nada más que tu calor, pero, resulta que ese momento desaparece, o puede desaparecer de un momento a otro, y dejar de existir en mi, en vos en todo lo que existe a nuestro alrededor y no puedo quitarme la idea de la cabeza, y no me canso de insistir en llamar, no me importa si, en verdad, no tengo nada que decirte, solo quiero sentir ese calor de nuevo, esa calma de estar en tus brazos, reposando mis más verdaderos sentimientos, mi único deseo de seguir avanzando hacía un camino, es estar cada vez más cerca de conseguir un estado constante de amor, de tu amor, de tus caricias y tu belleza, respirar en cada segundo, de cada minuto, de cada hora, de cada día tu luz y encontrarte en mi almohada todas las mañanas y desperezarnos juntos, sin tener ningún apuro, y abrazarnos...
Pero el camino no es constante, tiene bajadas y subidas, y todavía me falta un largo trecho, si aún ni siquiera se sentarme en el asiento de la bici para arrancar, soy un iluso al pensar que yo, ya era grande, y que podía razonar de una forma en que me favorezca y así crecer junto a las cosas que más quiero, teniendo el tiempo a mi disposición, teniendo fuerza en mi cuerpo y la columna bien derecha.
Es difícil ser positivo, es difícil darle la vuelta a la manzana sin perderme, es difícil no encontrarme siempre con el mismo pórtico, ahora es el momento de despertar de los malos sueños, o quizás de pasarse de sueño y seguir de largo y encontrar una nueva manzana en la que haya nuevos colores que ver y recorrer, entonces, el cielo tendrá un color nuevo, más fresco y seré libre de mí mismo, es decir, podré flotar, podré volar y recostarme en las dulces nubes y nadar por el espacio sin preocupaciones, sin apuro por llegar tarde

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